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domingo, 4 de diciembre de 2016

1898.Los últimos de Filipinas. 2016. Bélico



Película española inspirada en hechos reales de 129 minutos de duración que dirige Salvador Calvo e interpretan de mejores o peores maneras Luis Tosar, Emilio Palacios, Álvaro Cervantes, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Carlos Hipólito o Eduard Fernández entre otros.

En 1897 es atacado en la ciudad filipina de Baler, un destacamento español que por aquel entonces colonizaba dichas tierras. Los insurgentes nativos de la zona dejaron a aquella brigada extremadamente mermada de militares patrios. Un año después, un nuevo grupo de soldados con la bandera rojigualda llega desde Manila para continuar con las labores de protección de la soberanía hispana, pero los rebeldes no van a permitir que aquellas tierras se les arrebaten tan fácilmente.

Narración tal vez un poco exagerada de los acontecimientos sucedidos hace más de 100 años con altibajos de tensión en el metraje. Argumento en algunos momentos sacado de contexto con un, eso sí, genial Luis Tosar y el ya no tan joven Álvaro Cervantes. Ambientación y atrezzo muy acorde.

NOTA: 7



1 comentario:

  1. Para hacerse llamar histórica no parece que se hayan asesorado en absoluto, a pesar de la multitud de fuentes disponibles sobre un hecho histórico tan conocido.
    Por un lado recuerdo ver una entrevista en la que hablaban de como habían construido una reproducción de la iglesia para la película, y luego viendo la película lo primero que choca es ver como en efecto habrán reproducido la iglesia actual, que es 2 o 3 veces más grande que la de hace 118 años. Por no mencionar que ni los uniformes, ni el armamento eran los propios de el destacamento allí destinado.
    Por otro lado, más sangrante aún, la historia que narra la película dista mucho de lo que recogen diversos manuscritos y publicaciones disponibles. Sin entrar en detalle, la película viene a ridiculizar la hazaña y las motivaciones de los participantes, omitiendo sucesos como el rescate del Yorktown o personajes como los franciscanos Lopez y Minaya.

    Lamentable.

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