El director
neoyorkino Peter Landesman lleva a escena una historia basada en hechos reales para
la que en sus 123 minutos se ayuda de las interpretaciones de Will Smith, Gugu
Mbatha-Raw, Alec Baldwin, Eddie Marsan y David Morse entre otros.
Un
neuropatólogo forense originario de Nigeria es el encargado de realizar
autopsias en la morgue de la ciudad de Pittsburgh. En el año 2002 un ex jugador
de 50 años de la NFL (Liga Nacional de Football americano) y emblema del equipo
local fallece después de lo que parece una enfermedad mental.
Al
realizársele el examen postmortem, el antes mencionado Doctor descubre algo que
puede empezar a hacer tambalear los hasta ese momento fuertes cimientos de uno
de los deportes nacionales de los Estados Unidos. Este hallazgo se dio en
llamar “síndrome de postcomoción cerebral” y afecta sobretodo a los jugadores
de esa disciplina. Huelga decir que algo que ponga en duda la integridad física
de los ídolos del fútbol americano no será un tema que pase desapercibido y que
los multimillonarios mandatarios y responsables de ello harán lo imposible por
ocultarlo.
Muy buena
interpretación de Will Smith en un papel hecho a su medida y para su lucimiento
artístico.
La historia y
argumento pueden ser delicados para un país como el americano en el que la
final de su Liga de Football, más conocida como “Super Bowl”, es el
acontecimiento deportivo más seguido del año con una media de 114 millones de
espectadores. Aquí en España y salvando las distancias sería como la final de
una “Champion League” de fútbol con dos equipos de La Liga en liza. Quizá por
ello y no ser un deporte con mucho seguimiento en nuestro país pase algo más
despercibida. Muy buen hacer de los actores de doblaje.
NOTA: 7
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