Si en los títulos de crédito
aparece el nombre de Jet Li, podemos imaginarnos sin miedo a equívoco que habrá
golpes y mamporros. Si se le añaden las magistrales artes interpretativas de
Morgan Freeman, el cóctel seguro que tiene buen sabor.
Imaginaos la vida de alguien
que desde antes de tener uso de razón solo ha visto 4 paredes y ha estado a las
órdenes de un mafioso que le utilizaba para “aleccionar” a sus deudores.
Ese es Danny, amaestrado
como una mascota, que en ocasiones y a la voz de su dueño acude a defenderlo
entre mordiscos en forma de puños y patadas.
Pero, ¿qué pasará si en
algún momento el perro se revuelve contra su amo?.
NOTA: 7
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