Steven
Spielberg dirige este film estadounidense inspirado en hechos reales con guión
de los hermanos Coen. En sus 135 minutos de duración podemos disfrutar de la
actuación de Tom Hanks sobre otros artistas menos conocidos del celuloide.
En la América
de la Guerra fría con la URSS, es detenido un espía soviético. Para llevarlo hasta
los tribunales y garantizarle así un juicio justo, estará representado por un
abogado de seguros con pocas tablas en estas lides.
Al mismo
tiempo, los Estados Unidos envían unos aviones último modelo para inspeccionar
y fotografiar la zona de la actual Rusia. Uno de dichos cazas es abatido en
vuelo y su piloto puesto a disposición de las leyes que regían el país
comunista.
Se antoja
entonces un “cambio de cromos” entre países, pero los Gobiernos de ambas partes
no tienen por qué estar obligados a reunirse para hablar sobre ello.
Película
enteramente política con algún destello de drama que a Spielberg siempre le
gusta mostrar. En esta ocasión con motivo de la construcción del muro de
Berlín. La historia se centra en la figura que interpreta Tom Hanks por lo que
puede decirse que no hace mal papel. Buen doblaje al castellano. Es de suponer
que en los países que participan en la trama guste más que en otros. Puede resultar
algo tediosa.
NOTA: 6
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