No es un
director conocido ni los actores son reconocibles pero si este film estadounidense
de hora y media es destacable, lo es por otras cosas.
Dos grupos
protagonistas se entremezclan en esta historia un tanto exagerada. Por un lado
una familia compuesta por padre y dos hijos adolescentes que viven en un
pequeño pueblo del país norteamericano por excelencia y que preparan la
ceremonia de graduación de su Instituto. Por el otro, un equipo de
cazatormentas con meteoróloga incluida que sigue los quehaceres de una serie de
tornados que parecen estar en ciernes de formarse por esa zona.
Tifones,
huracanes, tormentas e incluso ciclogénesis explosivas son los nombres que se
han utilizado para denominar a estos destructivos y devastadores fenómenos
naturales, pero la que se lía en esta película es más imponente que cualquiera
de las vistas con anterioridad.
Lo que más
atractivo resulta a la hora de decidirse a ver este film son sin duda los buenos
efectos especiales con los que se ha producido. Se asemeja a otras pelis de
catástrofes quasi apocalípticas en que los protagonistas se enfrentan a varias
situaciones límite y en las que su vida corre peligro.
Si vas
buscando papeles estelares o grandes estrellas del celuloide no la veas, y si
decides hacerlo, procura que sea en pantalla grande para mayor disfrute.
NOTA: 7
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