Paul Verhoeven revolucionó
las hormonas de los espectadores en 1992 con la primera parte de esta saga
compuesta por dos películas que tendría su réplica en el año 2006 dirigida en
esta ocasión por Michael Caton-Jones.
En ambas la actriz
protagonista es la erótica y sensual Sharon Stone quien comparte protagonismo
en la primera película con Michael Douglas, que, según cuenta la leyenda, tuvo
que ingresar en un centro de desintoxicación sexual tras el rodaje de este
film.
Una escritora de renombre en
las novelas de misterio e intriga es acusada del asesinato de un propietario de
locales de ocio nocturno de San Francisco y ha de ser vigilada de cerca por un
agente que pronto conocerá los encantos de esta mujer que trajo de cabeza a más
de uno en los 90.
En la segunda parte, la
“femme fatale” se ve envuelta en otro turbio escándalo de asesinato y será esta
vez un experto psiquiatra quien deberá evaluar su mente calenturienta con todo
lo que ello lleva consigo.
Erotismo, sensualidad, sexo
a raudales… debería haber más de estos ingredientes en las películas.
NOTA: 9
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